lunes, 24 de septiembre de 2012

TODOS AL AGUA


Merece la pena leer este articulo de Javier Bergas. Uno de los mejores profesionales en este gran mundo del aquafitness! Gracias Javi por aportar tanto a la actividad física.

Al hablar de entrenamiento en el medio acuático, todos tenemos en mente la natación como única opción; y es que el concepto más generalizado acerca del medio acuático hasta hace relativamente poco tiempo, se resumía a este deporte considerado durante mucho tiempo como “el más completo” o como “un herramienta excelente para mejorar nuestra condición física y salud, y mejorar o prevenir los problemas de la espalda”, como dirían otros. Y si bien es cierto que la práctica de la natación reúne muchas ventajas por realizarse en el medio acuático, debemos pensar que ésta no va a ser tan beneficiosa para la salud como se cree de manera generalizada.

Esto se debe a que la gran mayoría de las personas son incapaces de mantener un nado apropiado en cuanto duración e intensidad; y que la repetición de los movimientos sobrecarga las mismas zonas corporales, aunque exista una combinación de estilos, que unida a una amplitud restringida de movimientos, necesitándose sesiones o actividades complementarias para su mejora.

En cambio, al hablar de fitness acuático (también conocido por Aquafitness o incluso, Aquagym) la gran mayoría pensará en una actividad física dirigida a ciertos grupos de edad o de características específicas (embarazadas, rehabilitación, entre otras) y de bajo o medio/bajo nivel físico. Relegando a esta actividad a un segundo plano, cuando en realidad las posibilidades de entrenamiento son las mismas que en tierra, con un gran abanico de tipología de clases de “tonificación” y coreográficas, aunque con unas diferencias obvias provocadas por las propiedades del medio, lo que ofrecerá un marco óptimo para el entrenamiento en el agua.

Pero ¿qué es el fitness acuático?
Para resumir podríamos definirlo como “aquella actividad física que se realiza en el medio acuático, que pretende mejorar las cualidades físicas básicas y las derivadas aprovechando las leyes físicas del medio acuático y que tiene como objetivo final: la salud”.

En otras palabras, uno de los productos resultantes de la evolución del fitness en general y de la necesidad de establecer más y mejores planes de entrenamiento enfocados a la salud física (psicológica y social). Esto ha hecho que sean muchas las investigaciones las que se hayan interesado por las características y propiedades del medio acuático con tales objetivos, aprovechando un medio “nuevo” y no habitual que ofrece la posibilidad de adaptarse a todo el mundo, incluso a las personas que no saben nadar.

Esta actividad se convierte, tanto en una opción para empezar una práctica física, como en un apoyo a la rehabilitación de una lesión o incluso, una alternativa al entrenamiento de un deportista de élite -como se ha podido ver, por ejemplo, en los últimos juegos de Londres 2012 dónde Galen Rupp, plata en los 10.000, utilizaba la carrera sobre un tapiz dentro del agua y con contracorriente como parte de su entrenamiento habitual para mejorar la fuerza y la resistencia-.

Y es que si damos un vistazo a todo lo que nos ofrece el entrenamiento en medio acuático nos hará a más de uno plantearnos el “dar el salto” y zambullirnos en el agua. Además de los clásicos y típicos beneficios de la actividad física en todas sus facetas, el entrenamiento en agua ofrece una serie de diferencias al de suelo:

1- Mejora de la circulación sanguínea, tanto por el retorno venoso como por el propio ejercicio realizado.
Disminución de hasta un 17% de las pulsaciones en un ejercicio comparándolo con su homólogo en el suelo, evitando cierto “castigo” al corazón e incrementando las posibilidades de entrenamiento de alto nivel.

2- Aumento de la coordinación motora y la propiocepción debido a ser un medio inestable y con una densidad superior a la del aire, haciendo que nuestros movimientos sean más eficientes, además de mejorar el equilibrio estático y dinámico y el aprendizaje de nuevos patrones motores ofrecidos por las características de un medio no habitual.

3- Descarga de la tensión en la columna vertebral y la carga articular (rodillas, tobillos, caderas…) por la disminución del peso corporal gracias a la flotación y el empuje del agua, entre otros, que se traduce en un menor impacto articular en los movimientos respecto a los del suelo.

4- Mejora del rango de movimiento (“flexibilidad”) por la amplitud de los mismos dentro del agua; entre otras propiedades que harán del agua un lugar óptimo para el entrenamiento.

Aunque las personas habituadas al entrenamiento en suelo probablemente no se convenzan, ni se lleguen a meter nunca en una sesión de este tipo, tanto por incredulidad como por desconocimiento de la actividad y de sus beneficios, debemos decir que si lo que buscas es una clase divertida, donde complementar y mejorar tu entrenamiento, no debes dejar pasar la oportunidad de probar una sesión de fitness acuático.